¿QUIÉN SOY?
Formación
Me gradué
como profesora superior de inglés como lengua extranjera en el Lenguas Vivas –
la más reconocida universidad de formación de formadores en lenguas de Buenos
Aires, Argentina. Desde que comencé a estudiar en el profesorado jamás
dejé de capacitarme y asistir a seminarios, talleres y charlas de formación
docente.
A principios
del año 2014, ante la inminente decisión de mudarme a Londres a probar otros
rumbos, comencé a investigar el mundo de la enseñanza de español. En ese tiempo
realicé un curso de capacitación y obtuve el certificado – IH Certificate in
Teaching Spanish – de International House en enseñanza de español. Luego
realicé un curso online de Formación de Profesores de Español como Lengua
Extranjera de la escuela de español Tia Tula. Una vez en Londres asistí a
un curso intensivo de “Gramática para profesores de español” dictado en
el Instituto Cervantes. Finalmente, en mayo de 2015 comencé el Máster de
Profesor de Español como Lengua Extranjera” dictado por la Universidad UNIBA,
en el que aquí me embarco.
Experiencia
Cuento con
nueve años de experiencia docente como profesora de inglés. He trabajado en
todos los niveles de la escuela primaria en diferentes colegios bilingües.
También he impartido clases de inglés a adultos en academias.
He
experimentado diversas dinámicas y formas de organización en clase ya que
cuento con la experiencia de haber trabajado en clases con treinta chicos,
grupos de seis adultos y/o clases individuales.
Durante los
nueve años que he trabajado como docente, siempre lo he hecho en el idioma
inglés, un idioma que estudié como lengua extranjera, y del cual aprendí las
leyes y reglas gramaticales, ortográficas, de pronunciación, etc. El inglés
aprendí a enseñarlo.
Por otra
parte, cuando me embarqué en el mundo del español, pensando que esto sería aún
más fácil ya que era mi lengua materna, me di cuenta de que, por el contrario, no
podía estar más equivocada. El mundo de ELE me ha tenido trastabillando y
chocando contra la realidad de que no basta “saber” un idioma para enseñarlo,
ni siquiera ser nativo. Es necesario aprender y entender las leyes y
conceptos que gobiernan una lengua, conocerla en profundidad, cuestionarla,
comprenderla y razonarla. Sólo en ese momento estaremos listos para enseñarla.
En mi
búsqueda de respuestas y necesidad de mejora y desarrollo profesional, encontré
algunas soluciones en ciertos cursos que he hecho, siendo el Máster en ELE mi
más ansiado proyecto de superación y mejora profesional.
Creencias
Funciones del profesor de ELE
Qué difícil
resulta pensar en los muchos y variados roles - por no decir responsabilidades,
funciones, categorías y hasta incluso "profesiones" - que tenemos
como docentes. Me gusta una teoría que me plantearon una vez en mi proceso de
formación docente. Según ella, los profesores no eramos meros "docentes de
la enseñanza", sino que cumplíamos muchos roles/profesiones más: doctores,
padres, psicólogos, councelors, abogados (en las riñas entre compañeros, por
ejemplo), etc. A decir verdad, por más desafiante que parezca, me entusiasma
pensarme como una persona así de multifacética, ya que hace que nuestra
profesión sea más motivante, rica, divertida y plena.
Como
profesores debemos cuidar de nuestros alumnos, enseñarles profesionalmente,
motivarlos, y estar atentos a sus necesidades. Pienso que es fundamental que
proveamos a nuestros alumnos de diferentes actividades que respondan a sus
variados tipos de inteligencias. Creer que todos nuestros alumnos son iguales,
que una actividad les va a caer igual de bien a todos, que un ejercicio será
útil de la misma forma para todos nuestros alumnos por igual, es caer en la
hipocresía de un mundo en el que son todos iguales - y muy lejos estamos
de eso. Si aceptamos que en el mundo conviven diversas culturas, muchos y variados
idiomas, diferentes personalidades, pieles, razas, ¿por qué entonces habría de
ser la enseñanza la excepción a la diversidad? Tanto así debemos ser de
diversos en nuestras formas de enseñar. ¡Qué desafío conlleva esta visión de la
enseñanza! Pero pienso que, por más difícil que parezca, todos nuestros
esfuerzos deben focalizarse en esto, porque no estamos siendo justos si
enseñamos sólo de la forma que mejor nos viene a nosotros, de la forma
que nosotros hemos aprendido, o la forma en que a nosotros nos
gusta enseñar.
Otro de
nuestros roles como profesores es el de investigar, capacitarnos y
perfeccionarnos continuamente. Debemos estar atentos a los miles de avances que
hay en educación y preparados para incorporarlos de a poco a nuestra práctica docente
con el fin último de mejorar día a día nuestra labor.
La creación
de material didáctico creativo y útil bien puede delegarse a las editoriales
siendo éstas las encargadas de diseñarlo. Sin embargo, ya sea por mi pasión por
crear mis propios materiales o por el interés que me genera ésta área de la
docencia, pienso que como profesores también podemos ayudar mucho a nuestros
alumnos si creamos y diseñamos nosotros mismos el material para nuestras
clases, puesto que sabemos exactamente a dónde apuntarlo, cómo diseñarlo, de
qué forma ayudaremos más a X alumno con X material. Es decir, ¿quién mejor que
nosotros mismos, que conocemos y valoramos a nuestros alumnos, para saber qué
tipo de material es el que más podrán aprovechar en nuestras clases?
Por último -
aunque estoy segura de que todavía habrá cientos de roles y funciones por
mencionar - pienso que como profesores debemos ser pacientes con nuestros
alumnos y respetar sus tiempos. Esto es algo en lo que admito debo seguir
trabajando, ya que mi propia personalidad ansiosa a veces me tiene
trastabillando en mis clases a la hora de dejarles suficiente tiempo a mis
alumnos para pensar y reflexionar.
Funciones del alumno
Puesto que,
como dije anteriormente, el alumno debe "tomar cartas en el asunto" y
hacerse miembro y responsable partícipe de su propio aprendizaje, opino que -
en buena medida - de él depende su éxito o fracaso en el aprendizaje de la
lengua extranjera en el que se embarque.
Es el alumno
quien debe tener constancia y planear su propio programa de aprendizaje. Sólo
él puede decidir cuán lejos llegar. Es él el responsable de seguir estudiando
constantemente, de plantearse interrogantes, de cuestionar la lengua y sus
reglas. Cuando no hay dudas, no hay mucha reflexión. Es evidente cuando un
alumno intenta superarse y cuando sólo se "conforma" con lo visto en
clase.
En mi
experiencia, aquellos alumnos que estudian una lengua extranjera y vienen a
clase una vez por semana, deben tener mucha constancia, regularidad y
responsabilidad para poder avanzar significativamente en su proceso de
aprendizaje. Sólo aquellos que releen sus apuntes en la semana, hacen los
deberes, estudian, intentan hablar con otras pesonas en la lengua aprendida,
practican, reflexionan y se hacen preguntas a sí mismos - es decir, cuestionan
las reglas - pueden avanzar hacia un aprendizaje contundente. El alumno que se
"conforma" podrá aprender también, eso no lo niego, pero su nivel de
independencia, su progreso y sus posibilidades de comunicación no guiada en la
lengua meta son más reducidas.
No cabe duda
que, como alumnos - siendo yo misma una - debemos comprometernos con nuestros
procesos de aprendizaje y entender que no es el profesor quien debe enseñarnos.
El profesor nos guiará, nos ayudará y nos dará las herramientas que necesitamos
en el camino, pero el verdadedo aprendizaje (el escalón más alto al que
lleguemos) está indudablemente en nuestras propias manos.
La enseñanza de ELE
La concibo
actualmente como un desafío ya que no tengo tanta formación en este campo. La
mayor parte de mi carrera universitaria, si bien fue en docencia, estuvo
orientada al idioma inglés. Pienso que mis conocimientos mucho tienen que ver
con la enseñanza de ELE, ya que es la ciencia de la ‘educación’ en sí la que
nos compete.
Concibo la
enseñanza de ELE, también, como una responsabilidad y un orgullo porque ahora
que soy una inmigrante que vive en el Reino Unido siento que represento a mi
país, Argentina, a través de la enseñanza de mi lengua.
¿DÓNDE ESTOY?
Logros
En este poco tiempo en el que he decidido dejar de
lado el inglés por un tiempo y
dedicarme de lleno al mundo del español, he logrado comprender muchos aspectos
gramaticales de la lengua española gracias a un curso de gramática que he
realizado en el Instituto Cervantes. Fue a partir de este curso que pude ver la
gramática desde otra luz, comprender cosas y conceptos que ni yo comprendía
hasta el momento – mucho menos hubiera podido explicar – y descubrir nuevas
formas y técnicas para enseñarla a los alumnos de una manera creativa y
accesible.
Necesidades
Como
profesora de ELE, siento que necesito todavía continuar mi formación. Hay
muchas cosas que aún nunca he vivido por mi corta experiencia en esta materia.
Tengo la necesidad de crear, encontrar y organizar un material dinámico,
creativo, motivador y útil para dar clases de español.
Necesito
conocer nuevas técnicas para poder ayudar a mis alumnos en la inmersión del
idioma español en todo momento de la clase.
Muchas veces
me siento tentada a utilizar la L1 de los alumnos para que no se frustren y
puedan comprender todo lo que pasa a su alrededor. Siento la necesidad de
mejorar este aspecto de mi enseñanza de la lengua para poder, poco a poco,
dejar de lado la L1 junto con mis inseguridades y utilizar sólo la lengua meta,
proveyendo así a mis estudiantes de más instancias de exposición al idioma.
Inquietudes
Parte de las
inquietudes que tengo actualmente están relacionadas con la idea de
‘multiculturalismo’. Durante nueve años me dediqué a enseñar una lengua
extranjera a argentinos – y nada más que argentinos. De repente, me encuentro
en otro país, enseñando una lengua distinta a la que acostumbraba – que
casualmente es mi lengua materna, por lo cual supongo que debería sentirme más
segura todavía aunque no es el caso – a gente que no sólo no es argentina, sino
que tampoco se puede categorizar en una sóla nacionalidad, puesto que en una
clase es muy probable que tenga alumnos de tres nacionalidades diferentes.
Esto me
remonta, como me recordó mi tutor Vicens, al término “multiculturalismo” o
“aculturación” en el aula de lenguas extranjeras – términos con los que me
había cruzado ya, por supuesto, en mi carrera de profesorado de inglés pero a
los que no había vuelto hace varios años ya. Más allá de la “multiculturalidad”
que se presenta en mis aulas, a la que hice referencia más arriba, cabe
destacar el trabajoso concepto de la aculturación
que “sufren” los estudiantes de una lengua extranjera.
Según el diccionario de términos clave de ELE del
Centro Virtual Cervantes, la aculturación
es un “(…) proceso de adaptación gradual de un individuo (o de un grupo de
individuos) de una cultura a otra con la cual está en contacto continuo y
directo, sin que ello implique, necesariamente, el abandono de los
patrones de su cultura de origen”. Como profesores de una lengua extranjera,
debemos tener en claro que nuestros alumnos indefectiblemente deben atravesar
este proceso al estudiar español. Es decir, los estudiantes deben aprender a
funcionar y manejarse en una cultura nueva, sin perder su identidad propia. En
otras palabras, ellos deben quizás des-aprender
ciertos aspectos de su cultura de origen para poder manejarse en la nueva
cultura: “(…) el individuo experimenta procesos de aprendizaje de algunos
hábitos y fenómenos de la nueva cultura y de des-aprendizaje o deculturación de
algunos hábitos de su cultura de origen.” (CVC – Diccionario de términos clave
de ELE)
Dado que el proceso de aculturación consiste en
incorporar elementos de la nueva cultura a la vez que se reajustan los patrones
culturales propios del individuo, al principio, puede generarse cierto malestar
o por ser más explícita, un “choque cultural”. Según el diccionario
de términos clave de ELE el choque cultural se refiere al “(…)
conjunto de reacciones que puede llegar a experimentar (…) el aprendiente de
segundas lenguas o lenguas extranjeras, al entrar en contacto por primera vez
con una cultura diferente de la propia (…)”. Afectivamente, el alumno puede
experimentar emociones como miedo y desconfianza. También se genera
incomodidad, inseguridad y ansiedad ya que el alumno debe salir de su zona de
confort, de lo “conocido” para embarcarse en esta aventura que implica el
aprender una lengua extranjera. Por otro lado, desde el punto de vista
cognitivo, se puede generar un conflicto ya que el conocimiento del mundo del
alumno (tal como éste lo concebía hasta el momento) puede entrar en conflicto
con los marcos de conocimiento y valores de la nueva cultura. Cabe destacar el
hecho de que debemos ser conscientes de que aprender una lengua no es sólo
aprender las ‘palabritas’, el
vocabulario, o las estructuras gramaticales propias de la lengua meta, sino que
significa aprender a pensar de una
manera nueva, incorporar conceptos que antes no se poseían por ser la lengua
materna muy distinta quizás de la aprendida.
Un ejemplo
que me viene a la mente en este momento es el de explicarle a un inglés el
concepto de los verbos reflexivos. Una persona anglófona que nunca ha estudiado
ningún idioma extranjero se ve en un gran lío cuando debe incorporar esta nueva
forma de contemplar un tipo de verbo. Es muy trabajoso para él entender este
concepto al principio, y la mera traducción a su lengua materna no le sirve en
absoluto ya que no encontrará ningún equivalente por más que busque y busque.
Es decir, el estudiante debe aprender a pensar
este nuevo concepto desde otra luz – desde un lugar donde nunca antes lo había
contemplado. Esto puede ser muy traumático y difícil y nos remonta, una vez más,
a la ardua tarea de superar el choque cultural y la aculturación que se experimenta
en el aula de lenguas extranjeras. ¡Menudo desafío nos espera, entonces, a los
profesores de lenguas!
Otra de mis
inquietudes es el factor de la ‘popularidad’ de la lengua española en contraste
con la inglesa. Según mi experiencia previa, al enseñar inglés, mis alumnos
siempre contaban con una base de conocimiento ya que al ser un idioma tan
internacional, habían estado expuestos a él en alguna u otra instancia. En
cambio, con el español, me he visto en situaciones en las que he tenido que
enfrentarme a clases en las que los alumnos no reconocían ni una palabra y esto
me ha dificultado la tarea y ha puesto en duda mis técnicas y metodologías de
didáctica utilizadas hasta el momento.
Asimismo,
otra de mis inquietudes en el momento es el hecho del contraste entre el
español utilizado en Argentina (vos - ustedes) y el español de España. Me he
visto en la laboriosa tarea de tener que enseñar la lengua española de España,
cuando en realidad no es la variedad que yo hablo. Esto ha sido un choque
cultural grande para mí, al tener que acostumbrarme a conjugaciones distintas y
también a diferentes usos de vocabulario y expresiones. Siento la necesidad de
profundizar más mis conocimientos en este aspecto y de encontrar un equilibrio.
¿Qué espero de este Máster?
A través de
este curso de formación de profesor de ELE, pretendo ampliar mis conocimientos
sobre la lengua española y adquirir las herramientas y recursos necesarios para
poder enseñarla profesionalmente. Espero, asimismo, seguir formándome y
capacitándome en el mundo de la enseñanza de lenguas extranjeras en general.
También, me encantaría
poder diseñar materiales propios para utilizar como recursos didácticos en las
clases. El armado y diseño de material siempre me ha interesado y suelo
preparar muchas cosas para mis clases. Me gustaría aprender e indagar más en
esta área y poder, quizás, el día de mañana hacerlo más profesionalmente y
compartirlo con colegas.
Pienso que,
a diferencia de los otros cursos que he cursado hasta ahora, este Máster me
puede ofrecer la posibilidad de reflexionar sobre mi práctica docente de una
manera en que no lo había hecho antes. Asimismo, podré estar en contacto
durante un año y medio con gente que está interesada en las mismas cosas y así,
podremos nutrirnos unos de otros. El hecho de contar con tutores y profesores
permanentemente guiándonos en este proceso de aprendizaje es un valor agregado
que me parece muy valioso.
Por otro lado, otra área en la que no había
indagado antes – o quizás tan solo un poco, en el “trabajo de campo” que hice
en el profesorado de inglés – es el de la investigación. Concibiéndola desde un
punto de vista distinto luego de haber leído algunos textos sobre esto, la veo
ahora como una herramienta de gran ayuda para crecer profesionalmente. Así como
es cierto que los alumnos de una lengua extranjera aprenden más en el momento
en que se cuestionan las reglas, los
porqués, y demás aspectos de la lengua, también es verdad que podemos aprender
muchísimo más sobre nuestra profesión al investigarla y cuestionarla
permanentemente.
Mis metas específicas
- Poder impartir clases de español sintiéndome más segura.
- Superar la dificultad que tengo con respecto al uso de L1 que hago en las clases para evitar frustraciones en mis alumnos - pero que, a la larga, supone una dificultad mayor.
- Familiarizarme más con el registro del español hablado en España y sentirme más segura con esta variedad.
- Aprender a diseñar material didáctico profesionalmente.
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